Tampoco es fácil de olvidar el debate televisivo mantenido en campaña electoral entre el Sr. Solbes y el Sr. Pizarro cuyas advertencias se han hecho reales y ciertas en tan sólo doce meses. Esa es la prueba indiscutible de quién mintió, como siempre y quién les dijo la verdad a los españoles.
Por eso, y porque también en la anterior crisis económica en la que nos sumió el gobierno socialista de Felipe González, quienes nos sacaron adelante fueron las medidas económicas y la gestión del gobierno del Partido Popular. Por eso, es el Partido Popular quien tiene toda la credibilidad en los temas de carácter económico.
¿Qué ha supuesto este año de Zapatero para Cantabria?
Una subida espectacular de la cifra de parados. Un 57% de paro en febrero de este año sobre el febrero de la campaña electoral. Más que en España, donde ha subido un 50%.
O sea, una subida del paro muy superior a la media española. Esto le debemos los cántabros a la inacción de Zapatero ante la crisis y a la inacción de su gobierno regional en Cantabria.
Este 'Zapatero Año Cinco' ha sido para Cantabria muy negativo. Principalmente por el desempleo, pero no sólo por el desempleo.
No hay ni obras ni fechas comprometidas por el Gobierno socialista para ejecutar las dos líneas ferroviarias de alta velocidad que dice que va a hacer.
No hay obras ni fechas comprometidas para la Autopista de Peaje Dos Mares.
No está todavía concluida la Autovía de la Meseta con Palencia.
Está semiparalizada la autovía A-73 Aguilar-Burgos, vital para la conexión completa con Madrid, ronda de Burgos y valle del Ebro.
No se ha firmado el convenio para financiar el sobrecoste del Plan Director del Hospital Marqués de Valdecilla.
No se ha firmado el convenio para dotar a Cantabria de 200 millones de euros de Fondos de Cohesión, para la Autovía del Agua.
No se ha firmado el convenio para aportar el Gobierno central una dotación plurianual de 30 millones al Proyecto Comillas.
No se ha iniciado ninguna actuación para la unificación de las estaciones ferroviarias en Santander.
No se ha iniciado ninguna actuación para el soterramiento de la estación y vías de FEVE en el centro de Torrelavega. Es más, se acaba de presentar en Llanes el Plan Estratégico de FEVE y ni siquiera se ha mencionado este tema.
No se ha aportado ninguna solución desde el Estado al problema de la EDAR de Vuelta Ostrera, del saneamiento integral del Saja-Besaya .
No se ha aportado ninguna solución a las injusticias derivadas de una aplicación excesivamente burocrática de la Ley de Costas.
No se han aportado soluciones serias y de futuro para nuestra ganadería, nuestra pesca y nuestro sector forestal.
No ha habido el necesario compromiso del Estado con nuestra comunidad autónoma para una aplicación ágil y solidaria de la Ley de Dependencia. Como resultado, damos un aprobado justito (un 5,5) en la valoración del Observatorio de la Dependencia.
No ha habido un desarrollo ni promoción del Museo Nacional de Altamira y su proyecto, con el resultado de la pérdida de visitantes y, lo que es peor, de imagen.
No ha habido una actitud leal ni activa del Gobierno central para desarrollar el proyecto de La Remonta, ni para favorecer una fluida relación entre el Puerto y la ciudad.
Por cierto, que tampoco se están realizando las necesarias inversiones en el Puerto para poder competir con los de nuestro entorno cantábrico.
Y no ha habido ninguna actitud de la SEPI para agilizar el proyecto de Parque Empresarial en Villaescusa, que sigue siendo simple proyecto.
En consecuencia, ni en infraestructuras, ni en sanidad, ni en dependencia, ni en fomento industrial, ni en vivienda, ni en costas, ni en sector agropesquero, ni en cultura y turismo, este Zapatero Año Cinco ha supuesto ningún impulso real para Cantabria.
No ha sido un año de parálisis, ha sido un año de retroceso.
A medida que se va agotando el ciclo de grandes inversiones promovidas por el Partido Popular, se ve que lo que viene detrás es bien poco, y ejecutado a paso de tortuga.
Los cántabros tenían mucha razón al desconfiar de Zapatero y Revilla hace un año. No se avecinaba nada bueno con esas actitudes y esa desgana en la gestión, con ese triunfalismo irracional y sin base.
Hoy, transcurrido un año, la necesidad de un cambio en España y en Cantabria es todavía más fuerte que antes, y yo estoy convencido de que la opción del cambio tendría muchos más votos aún.
Los ciudadanos de Cantabria acertaron en marzo de 2008 con su percepción de la situación económica y política de España.
Hoy cada vez más gente piensa como la mayoría de los cántabros.
